Pareja y familia

Las relaciones de amistad con las ex parejas.

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EX PAREJA
Imagen de Foundry Co en Pixabay 

Juan sale con Carol desde hace seis meses. Todo va viento en popa, pero hay un pequeño gran detalle que siempre es motivo de discusión entre ambos. Este es que Juan dice mantener una relación de amistad con su ex pareja, con la cual estuvo cinco años.  A Carol no solo le molesta dicho contacto entre ellos dos, sino que aparte no lo entiende y argumenta que Juan no debería tener ningún vínculo con su anterior novia. ¿Realidad o mito? ¿Es
posible seguir conectados regularmente con alguien a quien un día amamos? ¿Afecta ese nexo a la nueva relación?

Exmiembro, exnovio…EXPAREJA. El prefijo ex-, significa; “fuera de” Es decir, que queda  “externo a” Pero eso solo es un término para designar un estado. La realidad  sin embargo, es que en la práctica y en la vida emocional de las personas, tal prefijo se convierte a veces en otros más ocultos.

¿SI HUBO AMOR CENIZAS QUEDAN?

Hace un tiempo, escribí un post  con el fin de determinar la vivencia psicológica con las ex relaciones;   Hoy en cambio, quiero dar un paso más y hablaros de la amistad y de  las “relaciones” que se mantienen con los mismos ex. Para ello he empezado este artículo hablando de prefijos. La razón es que cuando escucho la vivencia y la interacción que mantienen algunas personas con sus exnovios  (sobre todo si están manteniendo otra relación en la actualidad) me pregunto si dicho prefijo es el correcto o si tendríamos que cambiarlo por otros más realistas, psicológicamente hablando. Se me ocurre algo así como intra- ( dentro de) que yo bautizaría como intrapareja. Es decir; un ex que está dentro de la pareja. O tal vez inter- (en medio de) para designar a un ex que está en medio de una pareja. Veamos;

Tema peliagudo, cuando menos. En primer lugar y como profesional de la salud mental, me gustaría decir que no son buenas las generalizaciones. Somos seres únicos, dotados de particularidades que nos definen. Con ello quiero decir en primera instancia que no se puede afirmar con un sí o un no rotundo la posibilidad de mantener una relación sana y amigable con una persona que un día compartió tus sabanas.

Los casos, circunstancias y situaciones son muchos como para ser rígidos con el tema. Ahora bien, ciertamente hay un componente psicológico importante en este tipo de relaciones. El componente es la aceptación por ambas partes. Es decir; aceptar que un/a ex ya no puede compartir y acceder a todo el conjunto que antes les mantenía unidos de la misma manera que lo hacía antes y aceptar también que el tipo de relación que mantenían con la ex pareja  se ha transformado.

En mi práctica laboral, veo que en la mayoría de los casos, la problemática reside en esa aceptación de la que os hablo, sobre todo si hay nuevas parejas. Con más o menos celos, la mayoría de enamorados de la tierra, piden exclusividad en la confianza, en la complicidad, y sobre todo en la sexualidad. Aceptar que tu nuevo confidente, mantiene contacto con quien un día fue el suyo, no agrada. Si encima a esto le sumas que entre ese pasado hubo deseo y por consiguiente sexualidad, entonces agrada menos.

¿Significa eso que no pueda existir el mantenimiento de esa relación desde la amistad? No, no significa eso pero es relevante marcar muy bien los límites y definir con madurez el tipo de interacción que ambas personas establecerán, más allá del pasado.

 La famosa frase; “podemos seguir siendo amigos”, cuando finaliza una relación, no suele funcionar.

En el momento en el que un vínculo emocional termina,  donde se ha compartido intimidad, complicidad y el cual está lleno de recuerdos, es importante la lejanía para la curación de dicha relación. No somos robots ni
tenemos un chip mágico para dejar de sentir dolor, cuando éste ha de salir.
Somos seres humanos que reaccionamos emocionalmente delante de las circunstancias de la vida. Así que es necesario tomar distancia para adentrarnos al proceso de asimilación. A partir de ahí, y una vez hecho ese
duelo, puede mantenerse una relación de cordialidad y respeto.

¿Quién tuvo retuvo?

Quien tuvo retuvo, pero no siempre guardó para la vejez. Con ello quiero decir que la atracción que se ha sentido por aquella persona puede o no mantenerse con el tiempo dependiendo de muchos factores tales como; la manera en la que se vivió la relación, la manera en la que terminó, la gestión emocional de cada individuo en particular, el grado de intimidad compartido, las expectativas puestas en un nuevo presente o las que no se quieren superar del pasado…Hablamos de algo relativo en cada  pareja y  particular en cada persona.

La difícil tarea de ir a la par

Otra cosa a tener en cuenta es que las personas no “crecemos” al mismo ritmo. En cuestiones de amor, es muy difícil terminar de mutuo acuerdo y que los dos crezcan de la misma manera una vez terminada la relación. Por ello, no abundan los casos donde se mantenga una relación de amistad propiamente dicha con el tiempo. Puede ser que exista una de cordialidad, pero difícilmente de amistad, con lo que ello implica. Sobre todo si ambos o uno de ellos han rehecho sus vidas emocionalmente hablando.

La nueva pareja

El complejo mundo de las relaciones exige respuestas, pero repito que como individuos únicos las generalizaciones no nos ayudan. Ciertamente por eso, suele ser común que las nuevas parejas demanden límites claros. Tenemos que ser conscientes de que desde el primer momento en que iniciamos una nueva relación ya no estamos solos, sino que compartimos y ambos miembros tienen el derecho de buscar la seguridad en la relación, la confianza y la lealtad. Con ello, quiero decir que es relevante comunicarse y aceptar las opiniones de los dos y llegar a consensos siempre de manera sana y constructiva.

En resumen; para poder establecer un lazo de amistad tras una relación amorosa ha de pasar cierto tiempo. ¿Amistad propiamente dicha? Difícil. ¿Cordialidad, respeto y afecto? Es más probable. ¿Cuándo hay una nueva pareja? Establecer límites. Pues ya lo dice la palabra; pareja; conjunto de dos. Se ve que tres, es multitud.

Núria Costa, psicóloga

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