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El «amor» virtual

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Imagen de athree23 en Pixabay 
«NO LE CONOZCO PERO QUIERO AMANECER A SU LADO»
 
 
Javier sale tarde de clase y mientras espera el autobús conecta con Marta a través de su smartphone. No la conoce presencialmente. Nunca la ha visto, nunca ha escuchado su voz pero tiene un interés “curioso” por saber como le ha ido el día a esa muchacha que se encuentra al otro lado del teclado. Marta sonríe, curiosa también, mientras contacta con él y ambos se hacen preguntas cortas, largas, interesantes, ignorantes, extrañas…El  largo recorrido del autobús les mantiene “unidos”, conectados y cada cual se adentra en el mundo del otro en forma de realidad ¿fantaseada?
 
Internet brinda multitud de opciones. A través de él podemos acceder no solo a miles de contenidos sino también a miles de personas. Cercanas, lejanas, conocidas, desconocidas…muchas personas coinciden en la red por “casualidad” o por  búsqueda. La cuestión es que se “encuentran” ahí, en el ciberespacio y a través de él sueñan, sonríen, comparten…en definitiva; sienten. Ahora bien; ¿verdad o mentira? ¿Realidad o fantasía? ¿Puede existir un vínculo determinado que una a dos personas a través de un aparato?


Sin duda se dan sentimientos mientras dos personas interactúan en la red, igual que sentimos al leer un libro o visionar una película. El componente real está y ese sentimiento puede ser igual de intenso que en la vida real. El ser  humano piensa, imagina, siente…pero algo importante a destacar es que en el complejo mundo del sentimiento entra la ilusión, definida como una “percepción falsa que proviene de la imaginación o de la distorsión de los sentidos” En el tema que hoy nos ocupa, considero relevante destacar este concepto (el de la ilusión) ya que, debido a la falta de información que se da en una relación virtual, (vista, tacto, olor…)  de alguna manera se necesita  completar mentalmente esta misma  a través de las ilusiones.
 
La presencia física es una dimensión muy importante de la comunicación y la intimidad y es justamente lo que falta en el ciberespacio. Una persona puede sentir emociones diversas pero necesitará de sus ilusiones para dibujar un conjunto completo. Estas ilusiones son justamente el “peligro” de las expectativas a distancia, por eso es importante que cuando se crea un “vínculo” con alguien a través de la red, las personas no tarden en conocerse, tal y como afirma Victoria Bescós (2000).  Las relaciones amorosas virtuales son platónicas y  solo se convierten en puras cuando pasan a ser presenciales debido a que en la relación virtual lo importante es la relación no la persona.
 
Por otro lado y en lo que respecta a las expectativas resulta curioso que, algunos estudios basados en el “sentimiento online” afirmen que los usuarios declaran querer conocer gente, divertirse, sin esperar el amor sin embargo descartan a muchos cuando ven sus fotos y sus datos sin apenas intercambiar información. ¿Se espera o no se espera nada entonces? Tal vez se espere sin esperar en un mundo donde se abre un infinito de posibilidades.
 
 Nuñez (2001) afirma que la interacción electrónica permite un control de la implicación sin que tenga que existir un compromiso real. Por otra parte, esta nueva manera de relacionarse implica alejarse de nuestro entorno cotidiano (familia, amigos, compañeros…) para adentrarse en una aventura distinta, curiosa y para muchos atractiva. También puede ser una manera de satisfacer lo que se quiere en cada momento. Gergen (1991) define esta identidad como un “yo saturado”, ya que como estamos sometidos a multitud de contextos sociales y a miles de oportunidades de relacionarnos, no definimos una identidad estable.
 
El autobús ha hecho su recorrido y Javier y Marta se despiden, o no, conectan en otro momento o no, no esperan nada y lo esperan todo o no. Lo que está claro es que sienten, tienen sensaciones, cada uno a su manera porque han intercambiado opiniones, experiencias, información y eso les ha hecho sonreír, soñar o simplemente pasar un buen rato.
 
 
Bibliografía
 
Catálogo de sueños: Las relaciones personales en Internet como producto de consumo. (2005) Asociación Europea de Antropólogos Sociales (EASA)
 
Nuñez, F. (2001)  Internet, Fàbrica de somnis. Claus per la comprensió de la participación en fòrums i Xats
 
Núria Costa, psicóloga

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4 comentarios en “El «amor» virtual

  1. Te admiro, no sé como das a basto a escribir tanto post, no me da tiempo a alcanzarte pero de vez en cuando si que me paso por aquí a curiosear y aprender, todo lo que escribes ya lo sabeias antes y lo has fundamentado o lo cotilleas y luego lo escribes? sea como fuere vaya coco, un abrazo de uno de tus 46 admiradores :¬) hasta (espero) que pronto!

  2. muchisímas gracias Juan! como me animan estos comentarios!!
    un abrazote enoooormeee

  3. Totalmente cierto. El exceso de idealización puede resultar perjudicial de cara al encuentro fisico. Por eso, como en todos los aspectos de la vida no debemos explotar nuestras virtudes a las primeras de cambio ni hacer alarde de lo que solo nuestros ojos sentencian. Esconder cartas que puedan resultar definitivas para dar lugar a la sorpresa y nunc a la decepción. Muacks!!
    PD:Me encanta la forma de desarrollar el tema y la cercanía con nuestro dia a dia. Fantastico!

  4. Muchas gracias Floren. Te agradezco la opinión.
    Hasta pronto!
    Núria

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